Editorial del Departamento de Estudios Económicos (DEC).


Este editorial retoma información del Análisis Económico "DR-CAFTA: A 16 años de su firma, lecciones para aprovechar el nearshoring", el cual puede leer completo en este enlace.

El Salvador cumplió 16 años desde que firmó el Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica, República Dominicana y Estados Unidos, DR-CAFTA, el cual fue suscrito en 2006. Dos estrategias de país se habían definido para aprovechar su firma; una de carácter defensivo que buscaba mantener y aumentar las exportaciones de productos vigentes y otra ofensiva, que tenía por objetivo diversificar con nuevas cadenas de valor que ampliaran las oportunidades laborales y el ingreso. 

La estrategia defensiva buscaba que los bienes exportados a Estados Unidos aumentaran su capacidad de competir con China que entró a la Organización Mundial del Comercio en diciembre de 2001, y en el principal producto industrial textil lograra competir ante la finalización del Acuerdo de Multifibras en enero de 2005. Los servicios de maquila textil disminuyeron en US$1,000 millones, es decir, contratos y empleos que se fueron a Asia y China; pero, el gobierno y el sector privado implementaron la estrategia competitiva de paquete completo (integrar la industria) y lograron recuperar US$695 millones al 2009; en los siguientes años el paquete completo superó a las ventas de maquila.

La estrategia ofensiva tenía por objetivo atraer nuevas cadenas de valor, diversificando la matriz exportadora del país con productos con mayor valor agregado, alta empleabilidad e ingresos más altos. Se planteó una estrategia de atracción de inversiones entre el gobierno (PROESA), sector empresarial y la academia, que logró, en un proceso que duró algunos años, atraer a empresas de autopartes (Yazaki), nuevos servicios de llamadas call centers (DELL), nueva cadena textil sintético (Pettenati y otras), servicios de aeromantenimiento (AEROMAN), cadena de hotel (DECAMERON), exportación de conservas de pescado (Calvo), exportación de plantas (Red Fox). Esto permitió incrementar las exportaciones adicionalmente en 3% del PIB, en los primeros cinco años de vigencia del DR-CAFTA.

Con la crisis financiera internacional y un cambio de prioridades del nuevo gobierno que asumió en 2009, la promoción de atracciones y exportaciones perdió impulso y prioridad, se aprobaron nuevas políticas públicas, y el incremento de las exportaciones se debilitó. La regulación y los trámites se incrementaron con mucha ineficiencia, el paso de fronteras se desmejoró, y el país retrocedió en el ranking de competitividad global; al inicio del DR-CAFTA se ubicaba en la posición 61 en 2006 y cayó a la 103 en 2019. 

El nearshoring es una oportunidad de oro, para atraer inversiones de gran escala con alta contratación de personal, que requerirán nuevas habilidades (electrónica, farmacéutica, industria liviana) y expandir más lo que ya está siendo exportado. Una lección del DR-CAFTA, será el diseño de una estrategia nacional entre el gobierno, sector empresarial y académico para poder identificar cadenas de valor clave, atraer empresas anclas internacionales, y proveer la capacitación del recurso humano que contratarán, así como otras condiciones de logística que les incentive para instalarse en El Salvador. El viento sopla a favor, la tripulación del barco debe colocar las velas en la posición adecuada para aprovechar esta gran oportunidad.

Editorial publicado en la edición septiembre-octubre de www.eleconomista.net