*Un blog del Departamento de Estudios Económicos
Originalmente publicado en revista El Economista, edición febrero 2023.
El empleo formal –registrado a través de los cotizantes al
Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS)– creció en 5.6% a octubre de
2022, mientras que el reporte del sistema de pensiones total observó un 5.4% a
noviembre de 2022; si bien ambas tasas son superiores al promedio registrado
previo a la pandemia en 2020, muestran un desaceleramiento, ya que hace un año
los cotizantes al ISSS crecían en 8.6% y los del sistema de pensiones en 10%.
La economía se desaceleró preliminarmente a 2.8% en 2022,
luego de expandirse en 10.3% en 2021, en un contexto de elevada inflación que
alcanzó el 7.3% en diciembre. El Fondo Monetario Internacional proyecta una
pérdida de velocidad de la economía global de 2.9% para 2023; y para Estados
Unidos, nuestro principal socio comercial, estima un 1.4%, muy por debajo del
promedio histórico de 2.5%. Esto incidirá en el menor ritmo de El Salvador,
también la inversión extranjera directa fue negativa hasta septiembre de 2022,
lo cual disminuye el potencial de crecimiento futuro. Un factor interno
positivo que podría paliar es la mejora en el clima de seguridad, ya que podría
motivar inversiones locales.
A octubre de 2022, los trabajadores cotizantes al ISSS
llegaron a 947,172 personas, de los cuales un 79.7% pertenecían al sector
privado y el 20.3% al sector público. Es importante resaltar el aumento de
49,919 nuevas plazas respecto a un año atrás, que está siendo impulsado por el
sector privado, que aportó 45,801 nuevas plazas, equivalentes al 91.8% del
total. Por sectores, sobresale la construcción, que lidera la creación de
nuevos empleos con 13,669 contrataciones, registrando una expansión interanual
de 29.8% a octubre; le sigue las actividades profesionales, técnicas y
administrativas con 12,383 plazas a un ritmo menor de 6.0%; el resto de
sectores muestran tasas más bajas e inferiores que las de hace un año.
En 2021 la tasa de informalidad laboral fue de 70%, a pesar de
que se crearon 69,749 plazas formales; para octubre de 2022 el empleo formal disminuyó.
Las estimaciones del aumento de la fuerza laboral en promedio, por año, llegaban
a 55,360 personas de 2009 a 2019; por tanto, el desempeño del empleo formal de
2022 se encontrará por debajo de las necesidades, y probablemente el de 2023 también,
debido al bajo dinamismo de la economía.
Una oportunidad que le favorece al país para crear más
empleos formales en el futuro, es el proceso de relocalización global de las
cadenas de producción desde Asia para América Latina. El país, basado en una estrategia de nearshoring pública-privada, podría
atraer inversión y generar más empleos formales con nuevos sectores productivos
o una ampliación sustantiva de los ya existentes.