Por Flor de Mendoza, directora del Laboratorio de FUSADES.


El etiquetado nutricional es una herramienta clave para que los consumidores puedan tomar decisiones informadas sobre su alimentación. Este proporciona información detallada sobre la composición nutricional de los productos alimenticios, incluyendo, según la reglamentación de cada país, el contenido de calorías, grasas, azúcares, proteínas, vitaminas y minerales. 

Dentro de este marco, el etiquetado frontal, es decir la declaración al frente del empaque del alimento de los principales nutrientes asociados a la salud pública, ha cobrado especial relevancia en los últimos años, ya que ofrece advertencias claras y visibles sobre los componentes que pueden representar riesgos para la salud cuando se consumen en exceso. Al igual que en el caso de la etiqueta nutricional tradicional, cada país evalúa sus necesidades y define el tipo y forma del etiquetado frontal que estima es adecuado para su población.

El etiquetado nutricional es una guía para el consumidor, ya que incluye información detallada sobre los nutrientes esenciales de un alimento, generalmente expresada en base a una porción específica. Esta información ayuda a los consumidores a comparar productos y elegir opciones más saludables. Además, permite a las personas con condiciones específicas, como diabetes o hipertensión, monitorear su ingesta de ciertos nutrientes como el azúcar y el sodio.

El etiquetado nutricional también cumple una función educativa, ya que sensibiliza a la población en general sobre la importancia de una alimentación balanceada. Los países implementan regulaciones de forma que en las etiquetas de los productos alimenticios procesados se proporcione información clara y precisa, evitando términos engañosos que puedan inducir al error a los consumidores.

En los últimos años, diferentes países han implementado el etiquetado frontal como un sistema de alerta diseñado para destacar, de manera sencilla y rápida, la presencia excesiva de ciertos componentes perjudiciales para la salud, como azúcares añadidos, grasas saturadas, sodio y calorías. El tipo de etiquetado frontal adoptado en diversos países incluye sellos de advertencia, semáforos nutricionales y sistemas de puntuación. Incluso en algunos países de Europa o los Estados Unidos, fabricantes o gremiales han creado su propio formato de etiquetado frontal para guía de sus consumidores y promover el consumo de sus productos.

Uno de los modelos más extendidos del etiquetado frontal oficial es el de los sellos de advertencia, que consiste en etiquetas negras con mensajes como “Alto en Azúcares” o “Exceso de Sodio”. Estos sellos han comenzado a mostrar su efectividad para reducir el consumo de productos ultraprocesados y fomentar elecciones más saludables, como lo han señalado estudios. Estos han mostrado que, tras la implementación de este etiquetado en países como Chile, México y Argentina, los consumidores han ido modificando sus hábitos alimenticios, optando por productos con menos sellos de advertencia.

Luego, es posible señalar su impacto en la salud pública: el etiquetado nutricional y el etiquetado frontal son estrategias fundamentales en la lucha contra enfermedades relacionadas con la alimentación, como la obesidad, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras entidades han recomendado su implementación como parte de un enfoque integral para mejorar la alimentación y reducir los factores de riesgo asociados a enfermedades crónicas.

Además, estas herramientas han impulsado cambios en la industria alimentaria, motivando a los fabricantes a reformular sus productos para reducir los niveles de azúcar, sal y grasas saturadas. Esto no solo beneficia a los consumidores, sino que también genera un impacto positivo en los sistemas de salud, reduciendo la carga económica derivada del tratamiento de enfermedades prevenibles.

Al proporcionar información clara y accesible, estos etiquetados permiten que los consumidores tomen decisiones más informadas, incentivando a la industria a ofrecer productos más saludables. Su implementación y regulación adecuada son un camino para mejorar la calidad de vida de la población.

El Laboratorio de FUSADES ofrece el servicio de elaboración de etiquetas nutricionales, acorde al mercado de destino de interés de los fabricantes. Puede contactar a laboratorio@fusades.org o llamar al 2248-5681, para más información.