Publicado en www.eleconomista.net edición enero-febrero 2024.
El Salvador, presenta grandes desafíos para aumentar las
oportunidades de empleo formal e incrementar de manera generalizada el ingreso
promedio de los trabajadores. Los países con altos ingresos o desarrollados, se
sustentan en una elevada productividad. La definición estándar de productividad
es "producción promedio por trabajador", es decir, la producción
total dividida por el empleo total. El Salvador necesita aumentar la
productividad de manera veloz y sostenida por un largo periodo de tiempo, para
mejorar el bienestar de la población.
Al medir la productividad a través del PIB per cápita
ajustado por Paridad de Poder de Compra en 2023, El Salvador ocupó la posición
119 de 192 países en el mundo, con lo cual mantuvo la misma posición que en 2019,
previo a la pandemia, y mejora muy poco durante los últimos 23 años, ya que en
2000 registró el lugar 117. Este desempeño se traduce en que una parte
importante de la población considera que las oportunidades para mejorar su
calidad de vida son muy limitadas en ingreso y empleo, por lo que, muchos han
optado por migrar hacia Estados Unidos, el cual está ubicado en el décimo lugar
del ranking para 2023.
Al medir la productividad laboral por sectores económicos en
el país, utilizando las cifras desagregadas más recientes del BCR para 2020, se
encuentra que el sector agropecuario reporta una productividad que es el 39% del
total del promedio del país, mientras el sector industria observa el resultado
más alto, 122% arriba de la media, y servicios 112%. Un aspecto a considerar
sobre el total de la población ocupada de 2.6 millones de salvadoreños, es que
en la industria se encuentra empleada el 17.7% del total; en el agro el 19.4%,
y en servicios el 62.9%. Para el caso de servicios, el BCR clasifica 21 subsectores,
de los cuales 4 registran una productividad por debajo del promedio nacional, como
por ejemplo, la actividad con más ocupados es “comercio y talleres de vehículos”
con una productividad del 60%, reflejando el fenómeno del empleo informal.
Aumentar la productividad del país de manera sostenida,
requiere una combinación estratégica de políticas públicas sociales y de
desarrollo productivo. A manera de ejemplo, por el lado social, implementar
medidas de apoyo para incrementar la escolaridad de la fuerza laboral para que
nadie se quede atrás sin estudiar por falta de ingresos; y por el lado
productivo, apoyando la innovación en las empresas existentes para que aumenten
la productividad con más empleos y mayores salarios, y atrayendo nuevas cadenas
de mayor valor a través de la inversión extranjera directa aprovechando el nearshoring.