Perseguir organizaciones ciudadanas, a la prensa, intimidar a las voces críticas y utilizar a las instituciones públicas con fines políticos, no es construir buena gobernanza, es intencionalmente intimidar, desinformar y dividir a la población.


El Salvador siempre ha contado con voces valientes que se pronuncian por el desarrollo del país y hacen planteamientos desde el pensamiento crítico, basándose en evidencias e investigación, analizando y proponiendo alternativas que buscan bienestar, estabilidad, legalidad y crecimiento.

Estas voces, ahora son perseguidas. Quienes señalan peligros, critican abusos y manifiestan inconformidad, son ahora blanco de ataques y difamaciones.

Pero no hay nada más resiliente que una voz valiente cuando quieren silenciarla, porque está defendiendo el derecho de todos los que tienen pensamiento diferente. Estas voces son las que denuncian cuando la cultura de amenazas se eleva y el afán de poder destruye los espacios cívicos.

No es con insultos que se hace patria. No es sembrando división que se evoluciona como país. No se construye progreso a punta de calumnia. Es nuestro deber rescatar la sensatez, defender nuestra libertad de pensamiento y preservar las instituciones del Estado que deben actuar dentro de su mandato constitucional,  velando por los derechos fundamentales y libertades individuales. Nunca como verdugos políticos.

Perseguir organizaciones ciudadanas, a la prensa, intimidar a las voces críticas y utilizar a las instituciones públicas con fines políticos, no es construir buena gobernanza, es intencionalmente intimidar, desinformar y dividir a la población.

Ante el avance de la erosión de nuestro Estado de derecho hacia un estado de miedo, que siembra odio y venganza, hacemos un llamado a los que creen en la democracia, a los que defienden el pensamiento crítico, a quienes tenemos una obligación cívica y espíritu patriótico por encima de todo.

No podemos dejar de proponer, no podemos renunciar a la racionalidad y el diálogo, no podemos ser indiferentes ante la destrucción de la democracia e institucionalidad.

El silencio cómplice de los buenos no es una opción para quienes queremos un mejor país, este es el momento de defender la libertad de pensamiento.

Antiguo Cuscatlán, 12 de noviembre de 2021.