Ante una economía global que se desacelera, El Salvador reduce la actividad económica, se genera poco empleo; y las finanzas públicas continúan recurriendo al endeudamiento.
La economía global afronta vientos desfavorables, según los hallazgos plasmados en el Informe de Coyuntura Económica a mayo 2019.
- El PIB mundial se desaceleró desde 2018, cuando creció 3.6% (3.8% en 2017) y se prevé 3.3% para 2019, afectado por la desaceleración de China; la guerra comercial; condiciones financieras menos favorables en 2018; y la incertidumbre en Europa.
- El volumen de comercio global se debilitó. Al primer trimestre de 2019, en El Salvador las exportaciones se contrajeron 1.1%, (3.1% hace un año).
- Estados Unidos mantuvo su dinamismo, el PIB creció 3.2% al primer trimestre de 2019 (2.2% hace un año). El desempleo hispano cayó a 4.2% en abril, mientras que las remesas crecieron 3.9% a abril de 2019 (9.2% hace un año).
- La factura petrolera del país a marzo de 2019 rondó US$342 millones, inferior en US$27.2 millones respecto a marzo de 2018; pero en abril el precio promedio del barril de petróleo alcanzó US$68.6.
Como consecuencia el crecimiento económico de El Salvador se contrajo en el primer trimestre de 2019, afectado por el entorno internacional adverso, y el aumento de la incertidumbre
- El saldo neto del Indicador de Ventas de FUSADES cayó a -7 en el primer trimestre de 2019, inferior al 16.5 de hace un año; los cuatro sectores económicos encuestados mostraron una contracción.
- El IVAE perdió velocidad, 2.6% a febrero de 2019, mientras que un año atrás era 3.1%. Los sectores que se contrajeron son agropecuario, industria y comunicaciones.
- El Índice de Confianza Empresarial aumentó en febrero (114.2) y marzo (115.9), pero en abril descendió a 106.4.
- El empleo formal creado de 2014 a 2018 fue de 49,972 plazas en cinco años, no logrando cubrir ni siquiera los 55,000 trabajadores que ingresan a la fuerza laboral cada año.
- De junio de 2018 a enero de 2019, los cotizantes al ISSS aumentaron 6,591.
El desequilibrio externo aumentó considerablemente
- El Déficit de Cuenta Corriente (DCC) fue 4.8% del PIB en 2018 (1.9% en 2017), explicado por mayor gasto de consumo e inversión del sector privado, elevando su déficit a 2.1%.
- El DCC reflejó un mayor dinamismo de las importaciones, impulsadas por el petróleo US$375 millones (23.2%); mayores pagos de interés (6.1%); los cuales no lograron ser compensados por el mayor flujo de remesas (8.1%).
El clima de inversión sigue adverso; a pesar de ello, varios sectores ampliaron operaciones aprovechando el potencial del país
- El saldo neto de la percepción del clima de inversión fue -23.8 al primer trimestre de 2019, siendo negativo por más de diez años; los dos factores principales que responden las empresas encuestadas son: la incertidumbre política y la inseguridad.
- La Inversión Extranjera Directa fue US$839.6 millones en 2018, manteniéndose similar alañoprevio; destacael sector industrial (28.6%).
- El sector construcción mantuvo alta demanda de crédito, 32.8% a marzo de 2019, explicada por edificios (32%), terracería (18.9%), y viviendas (67.1%).
Hay un marcado cambio de tendencia en el déficit fiscal, y se espera que se amplíe nuevamente en 2019
- El déficit fiscal pasó de 2.5% del PIB en 2017, a 2.7% en 2018.
- Al primer trimestre de 2019, la brecha fiscal se redujo en US$79.8 millones; no obstante, según el presupuesto, se proyecta 3.2% del PIB para el cierre.
- A abril, el saldo de deuda hasta un año plazo, alcanzó US$1,035.8 millones (US$881.2 millones de LETES y US$154.6 millones de CETES). En mayo se emitieron US$90.5 millones adicionales en CETES.
- El endeudamiento actual es alto, 70.7% del PIB en 2018; superando lo recomendable para países similares. Se necesita de un ahorro primario más alto para estabilizar o reducir la deuda.
- En un escenario pasivo, para completar el financiamiento del presupuesto en 2020 se podrían necesitar US$805 millones, que es mayor a lo requerido este año, que rondó US$497 millones.
La nueva administración enfrenta la oportunidad de liderar un acuerdo público y privado que contemple:
- Recuperar la inversión y crear los 55,000 empleos formales que se demandan cada año.
- Generar confianza y aumentar los fundamentos de la competitividad.
- Más disciplina en el gasto público para frenar el endeudamiento.
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