En el caso del empleo formal, el número de cotizantes al sistema de pensiones (AFP, ISSS e INPEP) presenta un crecimiento de -0.1% entre marzo del año pasado y de 2021, y todavía está con 7,955 empleos menos respecto al pico de febrero de 2020, lo cual es mejor que la caída de un poco más de 69,000 empleos en el momento más duro de la cuarentena, en junio de 2020. Igualmente, el indicador de empleo de la encuesta de monitoreo mensual de FUSADES, a abril de 2021, mostraba aún un valor negativo, -11.3, aunque es menos negativo que en meses anteriores.
Respecto al consumo de energía eléctrica, al comparar el acumulado de enero a abril de 2021, este es 4.1% mayor que el de 2020, pero todavía es 4.2% menor que el de 2019. Si se hace el supuesto optimista que de mayo a diciembre se recuperará el mismo consumo de electricidad que el de 2019, el crecimiento anual sería de 6.3%.
Aún faltan ocho meses para que termine el año y muchas cosas pueden pasar. No abona a la reactivación económica la incertidumbre generada el 1 de mayo de 2021 con el rompimiento del orden constitucional, cuando fueron destituidos cinco magistrados y el Fiscal General de la República, sin el debido proceso.
No ha habido en la economía reformas significativas que mejoren el clima de inversión, el nivel educativo de la mano de obra, ni una política clara de atracción de inversión y promoción de exportaciones. También la deuda pública continúa creciendo fuertemente, poniendo en riesgo la estabilidad macroeconómica. Ojalá que la economía crezca mucho más, pero no hay que confundir el rebote respecto al año pasado, con un auténtico despegue del crecimiento de largo plazo.