Durante los últimos años, las distintas mediciones sobre el estado de la democracia en el mundo reflejan mayoritariamente índices democráticos medios y bajos para el caso salvadoreño. Asimismo, diversas encuestas de opinión locales y globales sobre democracia coinciden (lamentablemente) en el poco interés que expresan los salvadoreños por la política y su indiferencia por el tipo de régimen político, así como en su desconfianza hacia los candidatos e instituciones como los partidos políticos y la Asamblea Legislativa. Lo anterior se agrava al constatar que, en promedio, en El Salvador, sólo vota la mitad del electorado.