El Salvador, antes de la pandemia, ya era uno de los países más endeudados de América Latina, la deuda del sector público no financiero (SPNF) era igual al 71.7% del producto interno bruto (PIB) en 2019. El requerimiento sustancial de empréstitos para enfrentar la crisis de salud, y otras brechas fiscales elevaron la deuda en 18.2 puntos porcentuales en un solo año, hasta llegar al 89.9% del PIB en 2020; situándose como el cuarto país más endeudado de América Latina –como porcentaje del PIB–, luego de Venezuela, Argentina y Brasil.