El COVID-19 ha afectado significativamente las finanzas públicas –que ya eran frágiles– con una caída importante en los ingresos y expansión del gasto; se ha requerido de un monto sustancial de endeudamiento, que ha sido desproporcionado con respecto a la capacidad de pago del país; será la nación que tendrá la mayor caída del PIB en la región en 2020, según algunas proyecciones.

  • Álvaro Trigueros Argüello