Transformar la educación desde la primera infancia es acertado. El desafío es asegurar la inversión en la educación preescolar sin descuidar otros niveles educativos, especialmente el de secundaria. En este nivel prevalecen inequidades en el acceso y rezago en la calidad de los aprendizajes. La conexión de la educación con las empresas y el mercado laboral necesita fortalecerse. Además de desarrollar las competencias de los jóvenes antes de su incorporación al mercado laboral, es crucial ofrecer a los adultos oportunidades de formación profesional continua. Esto les permitiría adaptarse tanto a los cambios en la demanda de habilidades como a las nuevas condiciones ambientales, promoviendo así su empleabilidad y contribución efectiva en un entorno dinámico. Es importante avanzar gradualmente la reforma de la educación secundaria, alinear la educación con las demandas del mercado laboral, y promover el aprendizaje a lo largo de toda la vida para potenciar las capacidades humanas, la productividad, el crecimiento inclusivo y la sostenibilidad.

  • Helga Elisa Cuéllar-Marchelli