Cualquier conjunto de políticas para la industria eléctrica debe apuntar a tres objetivos bien definidos: crear más competencia, fortalecer la regulación y crear un clima atractivo para la inversión. El diseño de las reglas del mercado debe ser tal, que los participantes de la industria encuentren en ellas los incentivos para actuar con la menor utilización de poder de mercado, es decir, más competitivamente. El diseño del mercado de energía eléctrica y su regulación debe buscar que para muchos inversionistas su mejor alternativa sea la industria eléctrica. Esto se logra, entre otros factores, por la capacidad de generar excedentes para financiar la inversión, por reglas estables y predecibles y por garantías de seguridad de la propiedad y del cumplimiento de los contratos. El balance, pues, entre buscar más competencia en el corto plazo y atraer inversión privada en el largo plazo es el arte del manejo del mercado imperfecto de la industria eléctrica.

  • Leopoldo Dimas