El presupuesto de la nación debe ser un instrumento para promover el desarrollo del país y la mejora de la calidad de vida de la  población. Esto es aún más relevante considerando los efectos causados por la emergencia del COVID-19, entre los cuales se destacan: los aumentos en desigualdad, pobreza, hambre y desempleo, quiebra de pequeños negocios, niñez con rezagos en procesos educativos, desatención a algunas enfermedades diferentes al COVID-19, discontinuidad de programas de vacunas, entre otras afectaciones.

  • Helga Elisa Cuéllar-Marchelli