El agua constituye un insumo estratégico para los sectores residencial, comercial, industrial, gobierno, hidroeléctrico, turismo, agrícola, entre otros; de forma específica, el acceso a servicios de agua potable y saneamiento contribuye a mejorar la productividad de las empresas y personas, y por ende su competitividad. Asimismo, representa el recurso natural renovable más importante para aliviar la pobreza, y por lo tanto, para promover el desarrollo humano. Un aspecto crucial para enfrentar la crisis del agua que vive el país, está relacionado con la construcción de una institucionalidad adecuada, que permita el uso, desarrollo y gestión del recurso en forma integrada. Actualmente, la institucionalidad asociada con la gestión del recurso hídrico posee un enfoque sectorial tradicional sobre gestión del agua, el cual fomenta una estructura institucional fragmentada y toma de decisiones que se sobreponen o generan conflictos entre los distintos usos.

  • Leopoldo Dimas