Los “datos” se han convertido en un producto global clave y son considerados en el mundo como el aceite de la economía digital. Los datos se utilizan, procesan, intercambian, y analizan cada vez más en cantidades masivas para potenciar el contenido, los bienes y los servicios digitalizados. Con la evolución tecnológica, se ha vuelto más complejo garantizar el resguardo apropiado de los datos personales y, por ello, la necesidad de dar respuesta a este nuevo reto de la era digital.

  • Javier Castro De León