El Salvador se encuentra en un momento crítico de su proceso de democratización y modernización. En la década más reciente, y particularmente desde la firma de los acuerdos de paz, se han registrado importantes progresos en muchos campos. Sin embargo, la calidad de vida de un segmento muy grande de la población deja aún mucho que desear, y por eso los salvadoreños no se muestran satisfechos con dejar las cosas como están.
El punto clave en que convergen tales aspiraciones es la dinámica económica. Es claro que la economía necesita un nuevo dinamismo, que no sólo asegure su crecimiento sino que contribuya a mejorar sustancialmente las condiciones de vida de los salvadoreños. La ciudadanía aspira a más oportunidades y eso implica un sistema político más identificado con la voluntad de los electores, una administración de justicia más confiable y un funcionamiento de los mercados que evite los abusos de poder.
Este documento propone una estrategia que contiene un conjunto de iniciativas para impulsar el progreso económico, social, institucional y político del país. Para ello, se plantean como base tres grandes lineamientos:
Ampliar las oportunidades que ofrece la sociedad a su gente.
Aumentar la seguridad personal, social y económica.
Profundizar la legitimidad del sistema político, del poder judicial y de la economía de mercado.