Durante la tercera semana de enero de 2020, muchos de los habitantes del Área Metropolitana de San Salvador (AMSS) manifestaron su malestar por estar recibiendo en sus hogares agua con colores desde blanquecino hasta diferentes tonos de café, y señalaban un persistente mal olor y sabor en el líquido. Lo ocurrido en los últimos días es, por tanto, una oportunidad enorme para que, como sociedad, los salvadoreños trabajemos juntos en la búsqueda de mecanismos que garanticen que la población cuente con acceso a agua potable con características de calidad e inocuidad que no pongan en riesgo su salud.

  • Flor de María Sosa de Méndoza