Mucho se ha dicho acerca del impacto que tienen los impuestos y el gasto social sobre la pobreza en el país, llegando, en ocasiones, a conclusiones opuestas, frecuentemente a partir de análisis parciales. Algunos analistas afirman que los impuestos los pagan todos los ciudadanos, y que los más perjudicados son los de menores ingresos. Además, se señala que el gasto social, sobre todo cuando se trata de subsidios generalizados, no resuelve el problema estructural de la desigualdad y la pobreza en el país, y que este gasto llega solo a un segmento pequeño de la población, dejando fuera a varias familias de escasos recursos.