Los resultados de las elecciones son cada vez más estrechos. La corta distancia entre el ganador y el segundo lugar obliga a las autoridades electorales a organizar eficientemente los comicios y a garantizar la aplicación imparcial de la justicia. Las noticias falsas, la apatía de los jóvenes para participar en los comicios, las acusaciones, en la mayoría de ocasiones de manera infundada, de algunos candidatos sobre la posibilida de fraudes en la competencia, y el desgaste de los organismos electorales como consecuencia de la insatisfacción de los ciudadanos con la democracia, representan desafíos para la gobernanza electoral en este nuevo siglo.

  • Luis Mario Rodríguez