Reiteradamente los presupuestos se han presentado a la Asamblea Legislativa mostrando una serie de fallas que se han ido agravando cada vez más. Los ingresos sobrestimados y los gastos subestimados u omitidos han sido de los errores más crasos en los presupuestos aprobados; resultando en equilibrios presupuestarios ficticios que permitieron aprobarlos rápidamente con mayoría simple. En la práctica, esto se ha traducido en gastos ineludibles y predecibles que no cuentan con financiamiento, por lo que se recurre a la emisión de deuda de corto plazo para financiar en forma permanente el gasto corriente